EL TRABAJO SOCIAL RETOS Y OPORTUNIDADES DE LA PROFESIÓN

EL TRABAJO SOCIAL RETOS Y OPORTUNIDADES DE LA PROFESIÓN

Para los profesionistas que tienen como formación educativa esta carrera, no es desconocido que su campo profesional viene cobrando mayor importancia en diferentes ámbitos del quehacer social.

Tanto en el plano internacional como en nuestro país, se vienen haciendo estudios que pretenden contextualizar los retos que enfrenta ahora el trabajo social que va más allá de lo que ha sido el campo tradicional, principalmente en los servicios asistenciales comúnmente asociado a los servicios de salud y en menor caso a los educativos, de prevención, rehabilitación social y empleo principalmente.

Sin embargo, conviene recordar que uno de los conceptos más importantes que definen la naturaleza de esta profesión se inscribe en el rol de ser: “Promotores del cambio social”. Esto supone que su campo de acción es más que la intervención en problemas dimensionados en una escala social reducida, porque a decir verdad comúnmente su labor se asocia como disciplina auxiliar de otras profesiones.

Aunque en muchos casos sigue predominando una visión que enfoca su trabajo en la atención de problemas individuales o de cobertura comunitaria en grupos sociales específicos, la realidad es que el campo profesional de los trabajadores sociales ha cobrado mayor dimensión, que demanda su participación en la atención de una problemática social más compleja y diversa, en áreas como los derechos humanos, el medio ambiente, la seguridad pública y protección civil o en sectores sociales vulnerables con problemas tan agudos como la pobreza, la migración, el maltrato infantil o la discriminación por citar solo algunos

Al ampliarse su radio de acción, se debe cuestionar si su intervención se aborda desde la visión tradicional que tiende a ser más asistencialista o se asume el reto de participar desde una posición más protagónica que tienda a convertir su actuación en el espacio de toma de decisiones.

Si reconocemos que el trabajo social ha tenido un papel importante para la atención de los problemas sociales, ahora ante los nuevos desafíos debe asumir el compromiso de ser un actor mejor preparado y esto significa también un reto fundamental para las instituciones educativas formadoras de este quehacer profesional.

En este contexto las universidades deben emprender cambios sustantivos en los contenidos de los programas de estudio para la formación de nuevas competencias acordes con la agenda social del país, pero también se hace necesario incorporar nuevos programas en los posgrados que propicien mayor dimensión a la función de los trabajadores sociales para ejercer mayores responsabilidades desde el ámbito de los cargos directivos, no solo en la gestión pública sino también en el espacio de las empresas privadas que les permita escalar el nivel de participación del que hasta ahora han tenido.