CULTURA ORGANIZACIONAL: LA CLAVE DEL ÉXITO EMPRESARIAL

CULTURA ORGANIZACIONAL: LA CLAVE DEL ÉXITO EMPRESARIAL

Una de las claves para el éxito de cualquier empresa, tanto en el mercado como a nivel interno, radica en la construcción de una cultura organizacional positiva y saludable. Pero, ¿qué es y en qué consiste este concepto? Para aquellos que disfrutan de actualizarse y conocer los cambios o transformaciones que atraviesa el campo empresarial, ¡quédense con nosotros que en seguida les platicamos!

¿A qué nos referimos con cultura organizacional?

La cultura al interior de una empresa o compañía engloba los valores, las creencias, normas, comportamientos, actitudes y tradiciones que definen la identidad de la organización; son todas aquellas cuestiones que forman parte de las reglas no escritas que guían las interacciones y decisiones internas. En esencia, la cultura organizacional es lo que define quién es la compañía y cómo hacen las cosas.

Aunado a lo anterior, la cultura interna también incluye el código de vestimenta, la decoración y distribución de las oficinas, la forma en la que los empleados se comportan fuera de los espacios de trabajo, entre muchas más. Y se preguntarán, ¿por qué es tan importante? En primera instancia, la cultura organizacional ayuda a definir las fronteras o características que le permiten diferenciarse del resto. Esto a su vez otorga a sus miembros un sentido de identidad y pertenencia a la empresa; se vuelven un conjunto, más allá de ser partes aisladas o individuales que luchan por un interés propio, se ven impulsados a comprometerse, colaborar y trabajar en equipo.

Para que la empresa crezca, funcione de manera eficiente y prospere con el paso del tiempo, es fundamental que construya una cultura organizacional sólida y positiva, sobre todo por los beneficios que genera, entre los que se encuentran:

  • La creación de un entorno disfrutable para cada uno de los miembros del equipo, lo que aumenta la productividad y eficiencia, así como el hecho de que los empleados disfruten de realizar sus responsabilidades y actividades diarias al querer dar lo mejor de ellos mismos.
  • El establecimiento de canales de comunicación efectivos donde se cree un entorno de confianza, diálogo abierto, retroalimentación, entre otros elementos que vuelvan posible el poder expresar y compartir ideas, dudas, perspectivas, posibles soluciones, etc.
  • La promoción de la creatividad, el aprendizaje continuo y la experimentación, especialmente con la finalidad de fomentar la cultura de innovación al interior de la organización y que, ante cualquier cambio o evolución en el mercado, pueda adaptarse rápidamente, así como para desarrollar productos y servicios innovadores, que cubran las necesidades de los clientes.
  • La retención de talento, es decir, que la cultura que se viva al interior de la empresa sea tan atractiva para los nuevos colaboradores que quieran formar parte del equipo de trabajo, sobre todo al descubrir en la organización un ambiente laboral que sea estimulante, inclusivo y gratificante.

Herramientas para una cultura organizacional positiva

Antes de establecer una estrategia y llevarla a cabo es importante 1) identificar los objetivos de la empresa, ya que serán la base para construir la cultura organizacional y 2) detectar cómo es la cultura actual, es decir, la que se vive y practica al interior de la compañía en estos momentos, esto con la finalidad de detectar áreas de mejora para desarrollar un plan de acción que permita lograr cambios significativos.

Entre las herramientas existentes que pueden ayudar a detectar la cultura organizacional practicada se encuentran:

  • Encuesta de clima organizacional: implica realizar cuestionarios para determinar si la cultura actual es saludable o si está alineada con la estrategia de la empresa. También sirve para revisar si los miembros del equipo se identifican con ella o, si se sienten valorados.
  • Inventario de cultura organizacional: permite medir el estilo de liderazgo y la forma en la que se comportan los miembros de la organización, cómo interactúan entre ellos, etc. En esta herramienta identificamos 3 tipos de cultura organizacional: pasiva-defensiva, agresiva-defensiva, y la humanista (vista como la ideal para las empresas).
  • Instrumento de Evaluación de la Cultura Organizacional: realiza un análisis a partir de 6 dimensiones base, las cuales están integradas por 1) Características dominantes de la organización, 2) Estilo de liderazgo y enfoque que impregnan la organización, 3) Cómo se trata a los empleados y cómo es el entorno de trabajo, 4) Mecanismos de cohesión de la organización, 5) Ejes estratégicos que definen las áreas de atención a impulsar, y 6) Criterios de éxito que determinan cómo se define el logro de los objetivos, lo que se recompensa y celebra.
  • Grupos focales y entrevistas individuales: implica establecer un espacio agradable y relajado donde puedan ser reunidas personas de diferentes áreas y niveles para preguntarles su percepción acerca de los valores de la organización.

La finalidad de utilizar cualquiera de estas herramientas es develar aquello que se está realizando de manera adecuada, así como aquello que impide el desarrollo de potencial de la organización. Es importante no perder de vista los procesos de comunicación interna (¿funcionan o, por el contrario, complican el desarrollo de labores?), el tipo de ambiente que se vive (¿seguro, saludable, hostil, tenso?), si existe la confianza o es necesario fortalecerla, si se respetan e incluyen las diferentes formas de pensar, si hay espacio para la retroalimentación constructiva, si se promueve la participación del equipo en la toma de decisiones, entre muchos otros factores.

Para concluir, la cultura organizacional es ese elemento clave al interior de cualquier empresa que tiene un impacto diario en el desarrollo de actividades y proyectos, en la moral y satisfacción de los empleados, así como muchas otras cuestiones. Por lo tanto, es fundamental ponerla como prioridad y alimentarla de manera positiva con el objetivo de mejorar la capacidad de la compañía no sólo para obtener mejores resultados sino también para que pueda adaptarse de manera eficiente y sin problemas a la evolución del mercado.